"Como el lobo,
la intuición tiene garras que abren las cosas y las inmovilizan, tiene ojos que
pueden ver a través de los escudos protectores de la persona y orejas que oyen
más allá del alcance del oído humano.
Con estas formidables herramientas
psíquicas la mujer adquiere una astuta e incluso precognitiva conciencia animal
que intensifica su feminidad y agudiza su capacidad de moverse confiadamente en
el mundo exterior."
"Si deseas recuperar a la Mujer Salvaje, no permitas que te controlen."
Fragmento del libro “Mujeres
que corren con los lobos” de Clarissa Pinkola Estés.
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