viernes, 13 de mayo de 2011

Cerrando círculos


O cerrando puertas.
O cerrando capítulos.
Como quieras llamarlo.
Lo importante es poder cerrarlos.







Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminaste con tu trabajo?
¿Se acabó la relación?
¿Ya no vives más en esa casa?
¿Debes irte de viaje?
¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de tu presente 'revolcándote' en los porqués, en devolver el cassete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tu, yo, tu amig@, tus hij@s, tus herman@s, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos.
A pasar la hoja.
A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado.
Ni siquiera preguntándonos por qué.
Lo que sucedió, sucedió.
Y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niñ@s etern@s, ni adolescentes tardíos, ni emplead@s de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotr@s.
No.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa.
Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de  superación.
Dejar ir, soltar, desprendete.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sól@ lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó.
No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que ”alguna vez se den cuenta de quién eres tú”.
Suelta el resentimiento, el prender “tu televisor” personal para darle y darle al asunto, lo único que consigues es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás.
Porque si tú andas por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que te invadieron.
¡Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo! 
Si no, déjalos ir, cierra capítulos. 
Dite a ti mism@ que no, que no vuelve.
Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tu ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, tu ya no eres el / la mism@ que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.
Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.
Ni tú serás la mism@ ni el entorno al que regresas será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental, amor por ti mism@ desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable.
Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando tú vienes a este mundo “llegaste” sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable.
Sólo es costumbre, apego, necesidad.
Pero... cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta.
Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. 
¡Esa es la vida!


Autor: Paulo Coelho

No le des a NADIE, el control de tu vida y tus emociones, son tuyas y solo tu sabras como manejarlas, vales mucho pero debes creertelo, ¡¡¡eres un ser muy valioso!!! 
Con amor Didi.
 

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