sábado, 4 de mayo de 2019

EL PODER DE LAS PALABRAS.


Reflexión


Un día Thomas Edison llegó a casa y le dio a su madre Nancy Elliot una nota. 

Él le dijo a ella:
"Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi madre."

Cuando ella leyó, en voz alta, a su hijo la carta que él le trajo, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Ella leyó: "Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted".

Muchos años después del fallecimiento de la madre de Edison, él estaba ordenando algunas cosas antiguas de la familia.

Repentinamente vio un papel extraño doblado con un dibujo en el escritorio.

Él lo tomó y lo abrió.

En el papel estaba escrito:
  "Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela."

Edison lloró por horas y quedó sobrecogido.

Y una vez recuperado, escribió en su diario: "Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se pudo convertir en el genio del siglo".

Pues fue uno de los más grandes inventores de los siglos XIX y XX. Impresionante la reacción de su madre.
¿Verdad?

En lugar de leer lo que realmente decía la carta, le dio un giro completamente distinto y con ello le inyectó seguridad y estímulo a su hijo.

Y el genio se hizo realidad. 

Es el inventor más prolífico de la historia, con más de mil doscientas patentes. 

Su genio y actividad significó una transformación en la actividad de inventar, desde un simple entretenimiento a la creación de una empresa.

La madre, una gran mujer, le hizo creer que era un genio y lo fue. Indiscutiblemente para que Edison se convirtiera en genio, a parte de este hecho muy significativo tuvo que haber otros muchos, pero la realidad es que todos fueron necesarios para que hombre se convirtiera en lo que fue...

Recuerda que las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente. Las palabras curan o hieren a una persona.

Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuándo callar. 
Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido y habla sólo cuando estés en paz.

"Las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca".


Del muro de Manuel González
Tomado de Facebook: Bioneuroemoción Biodescodificación Educación Emocional