Existe un espacio sagrado
en el corazón del ser humano que es una dimensión intemporal de la conciencia
en donde todas las cosas son posibles en el aquí y el ahora si podemos saber y
si nos atrevemos a entrar en este espacio sagrado...
Es un espacio que ha permanecido restringido para
la mayoría de nosotros, porque seguimos viviendo dormidos, porque seguimos
viviendo desde nuestra mente y no desde nuestro corazón.
Sin embargo, puede ser que hoy la ciencia esté
comenzando a darse cuenta de esto, que esté comenzando a entender un poco mejor
lo que significa y el potencial que puede existir si llegamos a conocer el arte
y la ciencia de accesar a este nuevo conocimiento.
Un Instituto de Investigación ligado a la
Universidad de Stanford en California ha descubierto un dato muy interesante;
un dato difícil de entender, pero pronto nos daremos cuenta que cuando la mente
coopera, el corazón responde.
El dato que ha descubierto este instituto, es que
tan pronto una mujer queda embarazada y concibe un bebé, el corazón humano
empieza a latir antes de que se forme el cerebro y mucho antes que se forme el
ser completo... La pregunta aquí es; ¿de dónde vienen estos latidos? ¿Qué los
provoca? ¿Quién? ¿De dónde proviene la inteligencia para iniciar y regular los
latidos del corazón en el ser que apenas comienza a formarse?
Bien, este Instituto de Investigación ha
descubierto que el corazón tiene su propio cerebro... Con sus células
cerebrales y todo lo que forma a un cerebro, un cerebro pequeño, con tan solo
cuarenta mil células, pero es todo lo que el corazón necesita... Hoy los
científicos pertenecientes a dicho instituto, saben que el corazón es
inteligente... Además han descubierto que el corazón produce un campo de
energía electromagnética, mucho más poderoso que cualquier otro órgano de nuestro
cuerpo, incluyendo nuestro propio cerebro dentro del cráneo.
Encontraron que este campo electromagnético es de
alrededor de tres metros de diámetro y que tiene su eje en el centro del
corazón... Y que tiene una forma elíptica... ¿Por qué seguimos tercos la
mayoría de los humanos en ignorar lo que viene del corazón? ¿Por qué no hacemos
caso a nuestras emociones? ¿Será acaso porque preferimos seguir peleando unos
contra otros en una guerra estúpida sin ton ni son que nos llevará a la muerte
una vez más?
Las matemáticas del corazón son una ciencia real,
son como las ciencias de las matemáticas de la mente... Son exactas, no cometen
errores; en el corazón uno más uno también son dos... Pero en el corazón todos
somos uno y uno somos todos... Cada uno de nosotros existimos en todo lo demás
que forma parte de este mundo y todo lo que forma parte de este mundo existe en
nosotros, la separación no es parte de las matemáticas del corazón.
En las matemáticas del corazón, el mal que yo veo
en los demás es solamente parte del mal que llevo en mi, porque la vida en mi
entorno es solamente un reflejo de mi interior... Si estoy ciego y sordo,
insensible y dormido a lo que me dicta el corazón, entonces no he aprendido a
ser un matemático del corazón y solamente me dejo llevar por la lógica de la
mente que es una paradoja en la justicia del mundo, pues no somos capaces de
comprender el todo al vivir enfocados sólo en las pequeñas partes.
En las matemáticas del corazón, no hay lugar para
las ecuaciones del divisionismo, pues al hablar el mismo lenguaje, veo a todos
los seres humanos como a mis hermanos y al planeta Tierra como nuestra única
casa; los idiomas terrestres, los territorios, las fronteras, las costumbres,
el mar, los ríos, las ciudades, no nos dividen porque somos parte de una sola
humanidad y hermanos en un mismo hogar...
Seguir las matemáticas del corazón es la respuesta
a la vida, ignorarlas es el camino a la muerte... Las matemáticas del corazón
es comunicarnos desde el espacio sagrado del corazón, la ciencia de la mente es
comunicarnos con el lenguaje del cerebro y con miles de idiomas y lenguas que
sólo provocan divisionismo y confusión, que a la larga causan desacuerdos y
violencia.
Las matemáticas del corazón es despertar a un
estado de conciencia en el que puedes seguir existiendo dentro de tu corazón y
desde ahí crear tu mundo respetando al mundo entero...
Yo creo que el equilibrio que hoy nos falta a la
humanidad para despertar del letargo de indiferencia, de olvido y de hipnotismo
colectivo en el que hemos vivido por miles de años, cuando caímos presos de la
separatividad, de la mala comunicación, de la multitud de lenguas e idiomas,
del divisionismo de fronteras inexistentes e inventadas por nosotros para
formar "países" como premio de los conquistadores y que nos ha
mantenido alejados de la verdad de nuestro ser, es comenzar el viaje que nos
lleve de nuestra mente hasta el centro de nuestro corazón... El viaje que nos
lleve del olvido al recuerdo, de la separación a la unidad, de un estado inerte
al despertar, el viaje que nos lleve del odio de la separatividad al amor de la
unidad.
Si nos atrevemos a realizar ese viaje todos
volveremos a hablar el mismo idioma y la verdad comenzará a asomarse en
nuestras vidas, podremos salvar a nuestro planeta de la contaminación física,
mental y emocional a la que le hemos sometido, y no encontraremos motivos para
pelear y conquistarnos entre nosotros mismos, pues hablaremos el idioma del
amor... Las ramas de un árbol no son tan tontas como para pelearse entre sí
mismas, ¿por qué los humanos lo hacemos? ¿Acaso somos más tontos que los
árboles?
Es hora de dejar la mente y de entrar al corazón,
es hora de comenzar a sentir con la cabeza y a pensar con el corazón.
¡¡Increíble, pero cierto!!
Así es cuando nacemos antes de formarse nuestro
cerebro, se forma el corazón que tiene su propio cerebro, por ello una de
nuestras misiones es volver a pensar con el corazón.
¿Te atreves a
hacerlo?