¡¡¡No
soy perfecta!!! Tengo virtudes y defectos, tengo luz y oscuridad, tengo
errores, ¡muchos! y también tengo aciertos. Hoy en especial pido DISCULPAS a
quien he lastimado, de manera consciente o inconsciente, a quien he fallado,
por las promesas no cumplidas, y los tratos no concluidos, por las ausencias,
los silencios, por el poner, o incluso no, poner límites. La vida me pone
pruebas muy difíciles, a veces creo que no podre con ellas, me siento morir,
llego a creer que todo esfuerzo es en vano... Cuando más oscuro es el camino,
una pequeña luz se vislumbra a lo lejos, es pequeña, como una diminuta estrella
en el azul marino de la noche, y me recuerda cuán afortunada soy, que hay quien
espera por mí, que me ama y acepta como soy, berrinchuda, necia, testaruda,
amorosa, tierna, alocada, ideática, inteligente, desesperante, cálida, juguetona,
decidida, salvaje, creativa, artista, misteriosa, bruja, seductora, artesana, determinante, odiosa como como la pared de enfrente, la de atrás, y la de la derecha y la de la izquierda;
y tantas, y tantas cosas más... Cuando pienso eso, la luz se hace más grande,
dejo de ser un diminuto punto, y se convierte en una esfera de luz, tan
brillante que ¡deslumbra!, la esfera está llena de rostros, unos conocidos de
toda la vida, o de un tiempo sin tiempo, siempre junto a mí, otros me ¡sorprenden!
Porque aunque los años, las ocupaciones, la distancia o sólo sea por un Facebook,
y que un charco, miles de kilómetros nos separe, o incluso si no hablamos el
idioma no ha sido problema, porque un ¡Obrigado! o un afectuoso ¡Beijos! dice
más que mil palabras. Gracias porque aunque suene a broma cada uno de mis
familiares, amigas, amigos, hermanas y hermanos de corazón o de tradición,
incluso a quien me hace el honor de seguirme en mis publicaciones, los llamo cariñosamente
mis “Didisianos”. Hoy les pido humildemente a mis Didisianos, una oración para
Diana, Didi, Di, Di Mi, Dianiux, Dianita, o como quieran llamarme, porque últimamente
mi cuerpo manda avisos de que algo no anda bien, y decido ponerme en las manos
de quien sabe y salvo la vida de mi amada Mamita, para que me diga que es eso que
mi cuerpo me quiere decir y yo no sé interpretar.
Gracias
por el amor, los me gusta, los comentarios y estar siempre al pendiente de mí.
Con
amor y agradecimiento incondicional Diana.
“La
tristeza mira atrás, la preocupación mira hacia alrededor, pero La Fe, mira
hacia arriba”